Johan Valentin Andreae
Frater Rosacruz.
Dicen las crónicas Rosacruces que, hace más de seiscientos años, un joven llamado Christian Rosenkreutz, ansioso del conocimiento que le hiciese Maestro de la Vida y Artífice de su propio Destino, emprendió un viaje hacia tierras de Oriente.
Llegado a la ciudad simbólica de Damcar fue recibido por los Sabios de la misma y allí le transmitieron sus secretos, que él desarrolló y mejoró. Después de algunos años de estudios en los que tuvo acceso a los más profundos secretos que transmitían a los elegidos las más altas inteligencias y Sabios de la Humanidad, fue capaz de leer el LIBRO DEL MUNDO, donde se pueden desentrañar los misterios más profundos de la Naturaleza.
Cuando se encontró preparado para enseñar y transmitir los secretos que le habían sido confiados, regresó a Europa, pasando primero por España donde, lo mismo que en otros países, sus conocimientos no fueron completamente comprendidos, por lo que decidió transmitir sus enseñanzas en secreto, reservándolas solo a quienes se hiciesen merecedores de ellas, y por ello se dirigió a tierras de Germania (simbólicamente significa Tierra de la Hermandad) donde estableció la primera Escuela Rosacruz, a la que llamó Casa del Espíritu Santo.
Allí transmitió a sus discípulos y sucesores la sabiduría que había adquirido en Oriente. Les enseñó a no ser esclavos del capricho del destino, y les transmitió el Secreto que les hacía Maestros de la Existencia, tal y cómo él lo había recibido cuando, valerosamente, emprendió la búsqueda de la Luz Interior. Y, cuando sus discípulos estuvieron preparados, se expandieron por todo el mundo para transmitir la Luz que habían recibido de su Maestro y que ellos se habían comprometido en compartir con las personas dignas que anhelasen ese conocimiento.
A edad muy avanzada, falleció Christian Rosenkreutz siendo enterrado en una tumba completamente desconocida por todos, según establecían las normas de la Hermandad.
Cuenta la leyenda que Uno de los Hermanos Rosacruces, haciendo unas obras de reforma en la Casa del Espíritu Santo, descubrió la entrada de la tumba del Maestro.
Una vez abierta esa tumba simbólica, encontraron en ella, tanto por su construcción muy reveladora en su simbolismo, como por manuscritos y documentos allí conservados, la Sabiduría que permitía restablecer de nuevo la Orden, a fin de que se pudiese seguir transmitiendo la Sabiduría Rosacruz a quienes fuesen merecedores de ella.